martes, 26 de septiembre de 2023

Entregas

Durante varias semanas he estado más del otro lado, que de este; con dificultades para sostener la conexión consciente en este plano.

Sin embargo, en estos días en que me siento fracasada como escritora, recordé un sueño vívido que tuve.




Martes 19 de septiembre de 2023

Estaba en una biblioteca de libros clásicos, acompañando a alguien a buscar un libro.

Me regalaron una máquina de escribir Remington, negra con detalles dorados.  Estaba en excelente estado. Me fue entregada como si fuera un legado, un tesoro importante.  Desperté.




No es la primera vez que recibo algo importante en un sueño: puede ser un símbolo, un talismán, un dije, un cristal o un regalo precioso con mucho significado.  Siempre despierto en el momento en el que lo tengo en mis manos.  La sensación al despertar es que me hubiera gustado traerlo conmigo, en el viaje Entre Mundos.

Supongo, que ya la resulta difícil al alma entrar y salir del cuerpo físico como para tener que materializar objetos entre dimensiones.

Estoy escribiendo este artículo desde mi computadora y me encanta usar el teclado que tengo, porque mis dedos fluyen y bailan fácilmente; pero hay algo en las máquinas de escribir que resulta poético e inspirador.




Mi primera máquina de escribir llegó como regalo de 15 años;  me habían dado otras opciones para elegir, pero pensé que una máquina de escribir, no solo sería para mis escritos y poemas, sino que me ayudaría a aprender dactilografía veloz.  En la escuela secundaría había pocas máquinas para practicar; yo quería aprender a ser veloz sin mirar el teclado para trabajar de ello.  Al poco tiempo de recibir mi máquina portátil, puse un cartel en la ventana de mi casa ofreciendo ‘trabajos a máquina’.  Es que antes de la era de las computadoras, los estudiantes y profesores pagaban a dactilógrafos para pasar en limpio notas, apuntes, monografías y tesis.  Tenía una tipografía en cursiva, lo cual era una innovación para esa época.  La amaba y por eso quedó como herencia para mi hija menor que también comenzó a escribir en su adolescencia.

Volviendo al sueño, siempre me quedo con las ganas de palpar, usar o disfrutar en este mundo los regalos que recibo.

Esa máquina que recibí durante la visita a la biblioteca en mi sueño, no sólo funcionaba perfectamente, sino que estaba reluciente, como nueva, y su pintura negra con detalles dorados creaba reflejos a la vista.

Muchas de las personas que me siguen en el canal de YouTube (más de 7400 seguidores a esta altura del mes), me elogian por mi talento como escritora, mis lectores también lo hacen.  Cada comentario público o cada reseña amorosa, le da vida a mis palabras y pone en valor mi trabajo literario.

Sin embargo, aunque mi meta no sea convertirme en una escritora famosa, si sería bonito que mis tiendas virtuales estuvieran activas y cada mes se venderían suficientes ejemplares en los diferentes formatos para vivir cómodamente.  Confieso, que cuando no hay lectores dispuestos a comprar mis libros o audio libros, me pregunto si en verdad soy buena en lo que hago.




Creo en el valor de los sueños, creo en los mensajes vividos y nítidos que se convierten en un Puente entre nuestro Espíritu y nuestro yo inferior.  Quiero creer, que así como he recibido enseñanzas sobre curaciones y meditaciones, del mismo modo, esa máquina de escribir, significaba el recordatorio de que hay una misión en la escritura.

Solo Dios sabe.


Para conocer mi trabajo literario

Puentes Literarios en YouTube

Sala de Lectura en mi página web

Tienda desde Argentina

Tienda Internacional

Book Trailers

 

Soledad Lorena©

Tejedora de Palabras

Susannah Lorenzo

Tejedora de Puentes

Email: puentesenvuelo@gmail.com

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